La cantante, recién liberada de su tutela, celebró su tercer matrimonio el pasado 9 de junio.
Se conocieron en 2016 en el set del video musical «Slumber Party». Desde entonces, como dice el refrán, nunca se han dejado. Sam Asghari es el único que se abrió paso en la vida de Britney, a pesar de la tutela establecida por un padre que se había ocupado de crear un vacío alrededor de su hija. Entonces, los fanáticos muy protectores del cantante se preguntaron mucho sobre las intenciones del joven. Qué le importa a Britney que, siete meses después de recuperar su libertad, dejó que el anillo se le resbalara en el dedo. Acostumbrada a la invasión de paparazzi y grandes ceremonias, optó por una íntima unión en su casa de Los Ángeles, decorada con rosas para la ocasión.
Entre los invitados… Donatella Versace, Madonna, Paris Hilton, Selena Gomez y Drew Barrymore
Fue con un vestido atemporal de Versace que caminó por el pasillo al ritmo de «Can’t Help Falling in Love» de Elvis para encontrar su futuro. Entre los invitados de prestigio, sus allegados, Donatella Versace, Madonna, Paris Hilton, Selena Gomez o Drew Barrymore. Algunos notaron la ausencia, como era de esperar, de su padre, madre y hermana, Jamie Lynn. No hay lugar para los responsables del infierno que ha vivido en los últimos años. Jason Alexander, su primer marido, no esperó una invitación para llegar a la casa de la cantante con un cuchillo, alegando estar allí para «organizar la boda», antes de ser detenido por la policía. Un incidente que no impidió que Spears se pusiera sulfurosa: con un minivestido dejando al descubierto sus nalgas, intercambió un lánguido beso con la Virgen… en recuerdo de los buenos viejos tiempos.
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