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Biólogos australianos han descubierto que una vasta pradera submarina es una sola planta.
Tres veces la superficie de Manhattan, más de 200 kilómetros cuadrados: es el tamaño prodigioso de la planta más grande jamás descubierta en la tierra. O más bien bajo el agua ya que se encuentra en Shark Bay, al sur de Australia. Sin embargo, nada permite percibir a primera vista el carácter excepcional de esta pradera de fanerógamas marinas similar a una vasta pradera acuática como las que se encuentran en la mayoría de los mares del globo. Como todos los pastos marinos, se compone de plantas con flores y no de algas.
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Pero hizo falta un estudio de un equipo de la Universidad de Australia Occidental bajo la dirección de la profesora Elizabeth Sinclair, que trabajaba en la diversidad genética de esta región, para que apareciera la increíble verdad: las secuencias de ADN tomadas al azar de diferentes puntos de esta pradera entre 2012 y 2019 fueron estrictamente idénticos. Se trata pues de una misma planta nacida de una sola semilla hace unos 4500 años que se ha propagado por clonación a lo largo de los siglos.
En un artículo publicado el 1 de junio por la revista «Proceedings of the Royal Society B», los investigadores señalan que la planta más alta del mundo también es extremadamente resistente. Ha logrado adaptarse a condiciones que se considerarían estresantes para la mayoría de las plantas de este tipo.
«Puede soportar una amplia gama de temperaturas y salinidades, así como condiciones de luz extremadamente altas, que juntas deberían resultar devastadoras», dice la Dra. Elizabeth Sinclair.
Una resistencia que estaría directamente ligada a su peculiaridad genética: “Los clones individuales de fanerógamas marinas pueden persistir casi indefinidamente si no son perturbados, porque dependen de la expansión vegetativa y horizontal de los rizomas, más que de la reproducción sexual”, concluye Elizabeth Sinclair.
Sin embargo, con 4500 años, la planta aún es joven y todavía tiene por delante al menos 100 000 años buenos. Suficiente para seguir extendiéndose a lo largo de cientos de kilómetros…