Verdaderas crónicas meteorológicas grabadas en la roca, estas piedras, visibles en tiempos de gran sequía, recuerdan períodos de carestía y sufrimiento de la población.
Son las cápsulas del tiempo de una época que nos gustaría acabar: reaparecen las piedras del hambre, esparcidas especialmente a lo largo del Elba, río que nace en la actual República Checa antes de atravesar Alemania. Hay cerca de 25 de ellos, visibles solo cuando el agua está muy baja, que sirvieron como advertencia para las generaciones futuras y como testimonios del sufrimiento pasado durante los períodos de sequía y hambruna. Estas piedras llevan unos breves mensajes, los años de gran escasez ya veces las iniciales de las personas que las grabaron.
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En 2013, un grupo de investigadores estudió una piedra del hambre descubierta en Tetschen, a orillas del Elba. Incluye algunos recordatorios de las consecuencias de la sequía -malas cosechas, altos precios de los alimentos y los más pobres muriendo de hambre- así como numerosas fechas, 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800, 1811, 1830, 1842, 1868, 1892 y 1893. Sobre todo está esta inscripción que, a pesar de la ola de calor, te da escalofríos: “Si me ves, entonces llora”… Otra en Tichlowitz, en la República Checa, anuncia: “Lloramos, lloramos y tú llorará».
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Continuando con esta tradición, Greenpeace inscribió en 2018 en una piedra en Magdeburg, Alemania, su propia frase, más moderna pero igualmente inquietante, si no más: “Si me ves, es una crisis climática. Agosto 2018”. Y como señaló el periodista holandés Olaf Koens en Twitter, rara vez las piedras del hambre han sido tan visibles como en el verano de 2022:
Huivering fin de semana. Door de droogte in Europese rivieren komen er Hungersteine bovendrijven. Macabere waarschuwingen van onze 15e eeuwse voorouders over hongersnood.
‘Wenn du mich siehst, dann weine’https://t.co/kbo03caaZX pic.twitter.com/CMTcMvfQQp
—Olaf Koens (@obk) 11 de agosto de 2022