El vicepresidente adjunto de LR y diputado del distrito 5 de Doubs aspira a la presidencia de la Asamblea Nacional, cuya votación tendrá lugar el martes 28 de junio. Vicepresidenta de la legislatura anterior, pretende reunir una Asamblea cuanto menos dispersa.
Le Bourbon está lleno este miércoles 22 de junio. Los diputados beben una Perrier con los periodistas, los meseros pasan entre las mesas una bandeja en una mano, un trapo en la otra, los turistas observan el paso de la Asamblea Nacional; algunos se toman selfies. En el patio, los funcionarios electos se dispersan aquí y allá, discuten, ríen, fuman. En definitiva, un hermoso día.
2 p. m. más o menos. Annie Genevard, blusa blanca, anteojos gruesos, cerraduras impecables, una gran sonrisa abre la puerta de su estudio. En su mesa, un paquete de cigarrillos se coloca paralelo al borde del escritorio, como una señal de rigor… ansiedad también. Porque la diputada ha decidido postularse -impulsada por sus compañeros- a la presidencia de la Asamblea Nacional.
Esta elección, explica con voz tranquila, casi soñadora: “Es una continuidad lógica haber sido primera vicepresidenta, luego presidenta de sesión durante 800 horas; Adquirí la experiencia y el gusto por esta función. Tengo un profundo respeto por la institución y quiero seguir defendiéndola. Agrega que la situación política actual la ha empujado en esa dirección: “Nuestro país está al borde de una crisis política de la que saldremos dando todo el peso al Parlamento y particularmente a la Asamblea Nacional. »
Un homenaje a la educación que recibió.
Para Annie Genevard, este puesto es también un tributo a la educación que recibió: “En mi infancia, los debates familiares me sacudieron. El respeto por las ideas es parte de mi herencia familiar, es casi genético. Continúa, las gafas entrecortadas: “Corresponde a mi temperamento y creo haber ejercido esta presidencia en el absoluto respeto a la institución ya los puntos de vista de los distintos grupos de la Asamblea. Creo que se me ha respetado en esta función porque precisamente he tenido una presidencia completamente respetuosa. »
Consciente de lo que representa esa función, el diputado no se inmuta: “Cuando uno llega a presidente, uno se abstrae de las consideraciones partidistas para entrar en otra lógica que es la defensa de una de las grandes instituciones de la República… » Reelegido con el 72% de los votos en las 5el circo du Doubs -«Sobre todo progresé en la voz mientras crece la abstención»-, destaca que pudo «reunirse en [s]nombramos”, y remacha: “Cuántas personas de izquierda me han dicho que votaron por mí porque respeto mi mandato, mis compromisos y porque les inspiro confianza. Esto contribuye al anclaje territorial y mi capacidad para reunir diversos orígenes. »
“Esta casa corre el riesgo de ser un caldero”
Después de haber felicitado a Olivier Marleix por su elección al frente del grupo LR, declarando de paso que «el grupo vive bien y puede vivir bien, sin dificultad», vuelve a centrarse en el papel del Presidente de la Asamblea: «Cada uno de los elegidos diputado tiene su legitimidad y sería un error pensar lo contrario. Tenemos un sistema proporcional que se ha impuesto y que también forma parte del espíritu que debe tener la presidencia, que es respetar la elección de los franceses. »
Con una sonrisa divertida, recuerda algunos episodios pasados: “Experimenté algunos abucheos, lo logré, sé qué hacer y qué no hacer. El debate democrático debe darse como debe darse, que estamos en el intercambio de puntos de vista. Es una función en la que se necesita experiencia, autoridad y respeto, estas son las tres cualidades fundamentales. »
Detalla estos tres puntos: “Experiencia porque es una técnica, frente a situaciones potencialmente tensas, autoridad pero que no se puede decretar, la tenemos o no la tenemos y respeto a todos los diputados porque todos tienen legitimidad. Hay que garantizar las condiciones del debate, es imprescindible. Si soy elegido, sé que daré la cara. »
Annie Genevard se mantiene lúcida en cuanto al peso de una diputada opositora instalada en la percha: «Creo que esta casa corre el riesgo de ser un caldero y que una personalidad que sepa hacer las cosas y que venga de la oposición puede ser de un apaciguamiento y evitar el bloqueo. No digo que lo evitaría, pero ayudaría. Creo en ello profundamente. »
Con un movimiento de su mano, casi tocándose, se reemplaza las gafas. Luego sonrió.