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La estrella se ha disculpado y ha mostrado su dominio del marketing.
La bofetada dio la vuelta al mundo. En plena ceremonia de los Oscar, Will Smith, molesto por una broma sobre su mujer, se levantó para meterle la mano en la cara a Chris Rock, el presentador de la velada. Luego de cuatro meses de silencio, el actor se disculpó con el comediante. Si el tema es esperado, la puesta en escena del video de seis minutos vale la pena el desvío. Smith entra en la habitación con el rostro derrotado y suspira largamente antes de hablar. La decoración da la sensación de una conversación íntima con el actor.
En realidad, todo ha sido pensado al milímetro. Se utilizan luces de estudio y varias cámaras para dinamizar su intervención. A su alrededor, las plantas y las lámparas le dan un aspecto acogedor, al igual que los libros apilados entre las fotos familiares. En la pared, un lienzo, «El mundo está enfermo, el amor es su remedio», en la mesa de centro, obra dedicada al escultor ghanés El Anatsui, conocido por haber destruido una de sus obras con una motosierra para demostrar que solo toma unos segundos borrar horas de trabajo… Mensaje recibido, Will. Y en este universo ultra desinfectado, se ha colocado una botella de agua cerca de él. ¿Coincidencia? No, Just Water no es otra que la marca de Jaden Smith, su hijo. También destacamos la gorra con la imagen de su productora, Westbrook. Cuando la colocación de productos se convierte en un arte.